viernes, 28 de septiembre de 2012

"No debí romper a llorar tras la semifinal, pero lo volvería a hacer"

Al fin, después de muchos años de duro trabajo, ha completado la colección de grandes galardones. Brigitte Yagüe Enrique (Palma de Mallorca, 15/03/1981) es campeona mundial, de Europa, de la Copa del Mundo y subcampeona olímpica, lo que significa que ha subido a todos los podios importantes. Ahora la reina del taekwondo tiene otras prioridades en su vida lejos de los tatamis, pero siempre mirando de reojo la alta competición.
 
 
 
Brigitte muestra la medalla en el CAR de Sant Cugat (J. BLANCO)
 
 
 
-Ha pasado un mes desde los juegos. ¿Eres consciente de que ya tienes una medalla olímpica?
 
-Cuesta creérselo. He peleado muchísimo por esta medalla, sobre todo después del palo que me llevé en Atenas. Tenía ganas de hacer muchos combates, de demostrar mi taekwondo... Justamente lo que no pude hacer hace ocho años porqué me eliminaron en primera ronda.
 
 
-El preparador físico de la selección española, Gabriel Esparza, dijo que Londres era tu última oportunidad para subir a un podio olímpico.
 
-Bueno, nunca se sabe. Soy consciente de que ya tengo una edad, me cuesta más llegar en plenitud a las competiciones y sufro más entrenando. Lo que sí es cierto es que era mi momento, mi gran momento. No descarto que dentro de cuatro años llegue bien para los juegos de Río de Janeiro, pero de todas maneras no quería desaprovechar Londres.
 
 
-¿Hubiese supuesto un palo no haber salido medallista?
 
-Del TKD he aprendido muchas cosas, entre ellas que hay que ser competitiva. Si no consigues un premio pero lo has dado todo no se te puede reprochar absolutamente nada. Antes de ir a los juegos fui muy constante con la preparación: entrené fuerte, cuidé mucho la dieta, las lesiones, etc. De no haber sacado medalla no me hubiera supuesto un palo. Me quedaría con mis títulos mundiales y europeos, aunque con mal sabor de boca.
 
 
 
Yagüe en la Copa del Mundo de China (CEDIDA POR BRIGITTE YAGÜE)
 
 
 
-Una plata que podía haber sido un oro, pero Jingyu Wu es un monstruo.
 
-Es muy complicada. Los combates entre nosotras siempre han sido muy igualados. Unas veces me ha ganado ella y otras he ganado yo, pero siempre con una igualdad máxima. La semifinal me pasó mucha factura porqué salí con golpes y rompí a llorar, que eso es lo peor que pude hacer. No pude recuperarme bien y cuando salté al tatami no estaba activa del todo. Y ella venía más o menos fresca porqué ganó sus combates por superioridad y sin sufrir demasiado desgaste. Perder de tantos puntos la final me dio rabia y salí cabreada por eso.
 
 
-¡Un momento! ¿Cómo que llorar fue lo peor que hiciste? Explicanoslo.
 
-Como el combate fue muy duro rompí a llorar cuando gané. Entonces me entró el bajón y me quedé bastante floja. Me había caído y levantado tantas veces que salió solo. Y lo volvería a hacer, la verdad.
 
 
-Volviendo al tema: en Londres tenías cuentas personales que resolver, ¿verdad?
 
-Digamos que era un reto después de las experiencias de mi marido (Juan Antonio Ramos) y mía. Él se quedó dos veces a las puertas del podio. Además también había que demostrar que a los españoles no se nos daban tan mal unos JJOO, que siempre hemos llevado muy buenos competidores y hemos vuelto de vacío. Ahora se ha hecho justicia.
 
 
-Vayamos de lleno a lo que fue la competición. En el sorteo parece que se alinearon los planetas a tu favor. Te tocó Carstens (Panamá) en primera ronda, la más joven. Luego vendrían México o Irán. En principio a semifinales podías llegar.
 
-Del sorteo no te puedes fiar nunca. Lo de la panameña es gracioso porqué se quedó a un punto de clasificarse y luego le dieron la invitación. Había cosas a favor y en contra mía. A favor, que no tenía experiencia; en contra, que era una desconocida y que no iba a tener ningún tipo de presión. Me planteó un combate muy al contraataque, bloqueando mucho y echándose al suelo para parar cuanto más mejor. Me costó entrar hasta que metí la primera arriba. Ahí ya controlé el combate.
 
 
-¿Saliste contenta, entonces?
 
-Mucho.
 
 
-Siguiente ronda, 8-0 a Janethe Alegría, de México. Se confirman estas buenas sensaciones.
 
-Este combate se me puso muy a favor cuando le metí la patada arriba pronto. En ese momento jugué con ella. Además empezó a tirar acciones de forma descontrolada. He de decir que la mexicana es mucho mejor de lo que se pudo ver aquel día y un 8-0 no lo hubiera esperado nunca.
 
 
 
Combate entre Yagüe y la mexicana (ARCHIVO)
 
 
 
-En semifinales cae el hueso. Te toca la tailandesa Chanatip Sonkham. Todos recordamos aquel combate. ¿Crees que puede ser el mejor de la historia del TKD español?
 
-Podría serlo. Fue muy emocionante e igualado y el significado de la victoria creo que lo engrandece. Tuve suerte de que ese puño final entrara. Si yo he conseguido hacer historia en el mundo del TKD es muy posible que este combate pase a la historia.
 
 
-Primer asalto: te vas 1-3 abajo en el marcador.
 
-Sus puntos fueron un fallo mío. La mantuve muy bien y a última hora cambié de guardia para atacarle y me sorprendió. Ya en la silla me dije a mi misma: "Vale, has fallado. No volverá a pasar".
 
 
-Al siguiente round se te va 2-6. La cosa se ponía difícil.
 
-Sí, pero esta vez no fue fallo mío. Me hizo un engaño tremendo. ¡Parecía que me iba a tirar abajo y me cambió arriba sin que yo me diera cuenta! Encima acabé dolorida porqué me metió el dollyo con una fuerza tremenda y me dio en el ojo. No veía absolutamente nada y en la silla no oía más que gritos de ánimo desde la grada. Solo me preocupaba el ojo.
 
 
-A falta de un minuto para acabar pierdes de seis puntos, pero tiras de casta y protagonizas una remontada memorable. ¿Qué pasó en ese momento?
 
-Salí a remontar sin ver nada y me metió arriba otra vez. Me agobié mucho y en mi cabeza pensaba "otra vez no, otra vez no..." y ahí decidí tirar mondollyos. Fue un minuto muy sufrido y ella cometió un error enorme ya que, con cinco puntos de ventaja, solo tenía que mantener la distancia y esperar la contra. ¡Lo tenía ganado! Pero quiso seguir pegándome. Dejó que me lo creyera y perdió el combate sola.
 
 
-Bocina final. Explotas de júbilo. Era la reacción que llevabas mucho tiempo esperando.
 
-Lloré de rabia, de incredulidad, de sufrimiento... Me fui corriendo a abrazarme con los míos y seguí llorando. No me lo podía creer. Fue impresionante.
 
Estallido de rabia tras la semifinal (ARCHIVO)
 
 
 
-Mientras tanto, la otra cara del combate era la de la perdedora. Sonkham mostró un gesto de impotencia en el saludo final. ¿Crees que hubiera sido justo que hubiese ganado?
 
-Yo creo que el TKD siempre es justo y si ella hubiese ganado lo hubiera sido. Claro, que ahora, mirándolo fríamente, ella solo tiró tres patadas y las tres me las metió en la cabeza. Sonkham y su entrenador se vieron ganadores antes de tiempo, pero yo quería esa medalla y la peleé. Puedo asegurar que si ella la hubiera querido tanto como yo no pierde. Una derrota así te puede pasar una vez. Ella es joven, aprenderá de esto y en un futuro ganará alguna medalla olímpica.
 
 
-Como hemos comentado antes en la final poco pudiste hacer. Venías tocada del combate anterior, pero la luchaste.
 
-Quise ser fiel a mi estilo. Podía haber salido a la contra, a mantener el resultado y jugármelo todo en el último round.  ¿Me equivoqué? No lo sé. ¿Era mejor haber salido más conservadora? Puede, pero ese no es mi TKD y salí a pegar desde el primer segundo. Aún así, ella estaba mejor que yo y no le pude aguantar el ritmo. Cuando quedaban cinco segundos me di por vencida.
 
 
-Tu carrera profesional ha sido un constante caerse-levantarse. ¿Al subir al podio tuviste la sensación de levantarte por enésima vez?
 
-La verdad es que no, pero he tenido que pelear muchísimo para llegar hasta aquí. Mi carrera no ha sido fácil. Nadie me ha regalado nada y en su día tuve una competencia muy fuerte con Belén Asensio, una grandísima competidora. Me hizo dar el máximo y gracias a ello en 12 años solo he dejado escapar dos campeonatos.
 
 
Brigitte con la anhelada medalla (ARCHIVO)
 
 
 
-Háblanos de tus compañeros. Joel González iba cómo favorito al oro y acabó siendo campeón con mucha autoridad. ¿Cómo le viste en sus primeros JJOO?
 
-Muy bien. Estuvo soberbio y cumplió el sueño de todo taekwondista, que es ganar un oro olímpico contra un coreano desquiciado. Lo mejor de él es que se mantuvo muy tranquilo y controló los nervios. Es muy difícil salir a competir con la presión que llevaba por el papel de favorito. Desde este momento ya es difícil que pierda un campeonato.
 
 
-Nico García dio una de las sorpresas. ¿Lo esperabas?
 
-Compite en el peso más difícil de todos. Yo confiaba muchísimo en él porqué es un luchador. Yo le llamo gladiador porqué es impresionante como termina un combate y como sale después al siguiente. En cada competición termina con alguna secuela: que si el isquiotibial, que si el quadriceps, que si el dedo... Nos vio felices a Joel y a mí con las medallas y eso le motivó.
 
 
-Sobre el futuro, ¿qué aspiraciones tienes?
 
-Tras tanto tiempo en la alta competición ahora voy a descansar y recuperarme bien. Queremos aprovechar ahora para traer un niño, algo que a Juan y a mí nos haría mucha ilusión. Creo que este es el mejor momento. Quiero quedarme embarazada lo antes posible para tenerlo y poder volver a entrenar, que este año toca mundial.
 
 
-Voy a jugar un poco a ser adivino. Vuestro hijo/a se apellidará Ramos Yagüe, tendrá padres taekwondistas y, por genética, saldría minimosca. ¿Qué pasaría si por lo que fuera se tira, por ejemplo, al ajedrez?
 
-(RÍE) ¡Ostras! Pues nos sorprendería mucho, la verdad. De lo que estamos seguro es de que verá mucho deporte en casa. En la televisión siempre hay futbol, baloncesto, Rafa Nadal... Sería raro que no saliera deportista.
 
 
-Me consta que tanto Ramos como tú sois muy madridistas. Del Barça no será, ¿no?
 
-Por supuesto que no (RÍE).
 
 
-Por último: ya tienes la medalla olímpica que se había resistido. ¿Cuando te retirés lo harás tranquila?
 
-Ahora ya sí
 
 
 
 
 
 
Brigitte Yagüe aún tuvo unas últimas palabras de agradecimiento: "Agradecer a mis compañeros de entrenamiento porque sin ellos no hubiese sido posible conseguir una medalla. Ellos me han ayudado en cada entrenamiento para que yo mejorase día a día. También a los entrenadores Elena Benítez, Fran Martín y Gabriel Esparza y al director técnico Jesús Tortosa por la dedicacíón y el esfuerzo tan grande que han hecho para que llegasemos en las mejores condiciones. A los médicos y fisios, que han hecho todo lo posible para que llegara en buenas condiciones a los juegos. A la Federación Española, a la Federacion Balear, al CSD y al COE, por el apoyo recibido. A toda la gente que siempre me ha apoyado. A las personas que a traves del televisor estuvieron apoyandome. Y sobretodo en especial a mi família y mi marido Juan Antonio Ramos, que siempre me han apoyado y animado para seguir luchando".
 
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

  1. Grande. Para mi aunque no se llevara el oro es la numero 1!

    Una pregunta que me hubiera gustado ver ya que tengo curiosidad como practicante del Tkd, es el numero de horas que dedica al entrenamiento, me imagino que cada día unas cuantas.

    Saludos desde Bcn :)

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