lunes, 27 de agosto de 2012

Flashes olímpicos (IV). Cómo Joel González tiró por tierra el orgullo coreano


Como no podía ser de otra manera todas las miradas en el mosca masculino se centraron en Joel González. El español llevaba desde 2009 ganándolo todo y llegaba a los juegos tras ser campeón de Europa en Manchester, no muy lejos de la capital inglesa. En todo el ciclo olímpico que transcurrió entre Pequín y Londres solo tres competidores supieron lo que era ganar al bicampeón del mundo y continental: Safwan Khalil en el preolímpico mundial de Bakú, Hadi Mostean en la Universiada de Shenzhen y Alexey Denisenko en la final del preolímpico de Europa. Por todo lo demás, aplastante superioridad, aunque en alguno también sufrió. Pero en su mayoría los combates los ganaba con diferencias muy grandes.
 
Joel González fue campeón olímpico de la manera que todo taekwondista sueña: ganando a un coreano en la final. Corea del Sur, ese país que tiene el TKD por religión y forma de vida, venía dispuesto ganar sus cuatro medallas, tal como hicieron en Sidney, Atenas y Pequín. El resultado final fue nefasto y decepcionante ya que la delegación solo ganó dos. Y una de esas medallas fue la plata que se colgó Dae-Hoon Lee tras caer en la final contra el español. Tal fue el resultado que el manager general del equipo, Kim Sei-Hyeok, declaró previamente a la celebración de los juegos que "todo lo que sea obtener menos de cuatro medallas será un fracaso" y que, de ser así, los tratarían "como traidores" a su llegada.
 
 
CAMINOS DISTINTOS
 
El sorteo deparó suertes diferentes tanto para Joel González como pa Dae-Hoon Lee. El cuadro del europeo parecía más asequible, a priori, aunque después tuvo más dificultades de las previstas. Por otra parte, el coreano tuvo que batir al tailandés Karaket, al egipcio Bayoumi y al ruso Denisenko antes de competir contra González. Los dos primeros combates, además, los ganó en la muerte súbita y en el último sufrió de lo lindo con el campeón del preolímpico europeo, quien después subiría al podio en tercer lugar.

 
 
El primer combate olímpico de Joel González fue contra el sueco Uno Sanli. Tras ir por detrás en muchas fases acabó ganando con ese puntito de suerte que muchas veces tiene cuando le hace falta (7-6 sobre el pitido final). Después esperaba el australiano Safwan Khalil, a quién ganó con algún que otro apuro también por 5-3. Hasta semifinales no tuvo un combate tranquilo. En la penúltima ronda superó al colombiano Óscar Muñoz Oviedo por 13-4 haciendo gala de una serenidad impresionante.

 
Joel González pelea contra el sueco Uno Sanli (ARCHIVO)
 
 
JOEL SACA DE QUICIO A LEE
 
Llegó la final y allí se plantaron el coreano y el español. Ambos campeones del mundo (Dae-Hoon Lee en peso gallo), era una de las finales previstas. Todos daban por hecho que Joel estaría, así que lo único que faltaba por saber era su rival. Y los asiáticos eran los candidatos más firmes.
 
Empezó el combate. El coreano salió pasado de vueltas, atacando sin demasiado criterio, por lo que el bicampeón del mundo y de Europa hizo dos cosas que le dieron la victoria: aguantar y esperar los momentos justos para meter los puntos. Al final del primer round Joel González ganaba 5-2. Lo estaba haciendo bien. A la reanudación Lee recortó la desventaja a solo un punto, aunque siguió revolucionado. Hacia el final del periodo el representante español hizo una genialidad, tres bandal chagui de derecha trasera seguidos. 8-4 al final del segundo round.

Joel, de azul, acierta un dollyo en la cara de Lee (CAPTURA YOUTUBE)
 
 
 
 
El último asalto lo sentenció Joel con un espectacular dollyo chagui a la cara de Lee. El coreano se desesperó y tiró patadas a lo loco. El resultado fue quedarse a un kyongo de la descalificación e innumerables caídas por el suelo. La imagen fue para el recuerdo: un taekwondista coreano derrotado, impotente y sin argumentos. Histórica, sin lugar a dudas.

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