lunes, 30 de julio de 2012

Gabriel Esparza: una plata agridulce después de un tortuoso camino

Esparza mostrando la plata (MASTAEKWONDO) 

Cuando Gabriel Esparza Pérez (Pamplona, 31/03/1973) ingresó en el CAR de Barcelona en 1988, con 15 años, llegó para formar parte de una terna que iba a tomar parte en las olimpiadas de Barcelona cuatro años más tarde. Competir en unos juegos era el sueño del pamplonica, pero todo se rompió cuando un mes antes de partir hacia la capital catalana quedó descartado del equipo. Esperó cuatro años más para ver si participaba en Atlanta 96, pero el taekwondo se cayó del programa. Fue un nuevo mazazo, pero aún así decidió esperar a los siguientes juegos.
Llegado el cambio de milenio el taekwondo se estrenaba como deporte olímpico de forma oficial en Sídney 2000. Gabriel Esparza consiguió clasificarse como segundo en el preolímpico mundial de Porec (Croacia) y partía como uno de los favoritos por todo lo conseguido hasta entonces (tricampeón de Europa y subcampeón mundial, entre otras cosas). Pero entonces se vino una nueva desgracia en el campeonato de España, ocho meses antes de los juegos: el navarro se rompió el ligamento cruzado disputando un combate contra el gallego Miguel Cortegoso. Entonces los médicos del CAR le dieron dos opciones: operarse y olvidarse de ir a Sídney o reposo total y trabajo diario con los fisioterapeutas para fortalecer la parte afectada. “En ese momento no lo pensé y cogí lo segundo. No me hubiese perdonado no ir a unos juegos después de 12 años esperando la oportunidad”, explica Esparza.
Después de pasar mucho tiempo con los fisios Carles Martí y Emili Durán y con el doctor Olivé la Federación Española de Taekwondo aceptó que fuese a Sídney. Los meses antes de partir hacia Australia fueron duros, trabajando mañana y tarde en el CAR para poner la rodilla lo mejor posible. “Cuando llegó el día de la competición no estaba bien”, comenta Esparza. “Además, en la otra rodilla tenía una lesión de menisco. Pero aunque no estaban al cien por cien mi cabeza sí lo estaba”. Estas fueron las impresiones antes de saltar al tatami que tuvo el ahora preparador físico del combinado español.
Esparza pasó directamente a la segunda fase por ser cabeza de serie en el sorteo. Su primer combate fue contra el marroquí Sekan y aunque asegura que lo pasó “francamente mal” le ganó por 3-1. En semifinales esperaba el húngaro Josef Salim, varias veces medallista europeo. “El combate me fue un poco mejor y lo saqué adelante por 4-2”, explica. En la final esperaba el joven griego de tan solo 20 años Michalis Mouroutsos, que ese mismo año fue oro europeo en la ciudad helena de Patras. “Era un buen competidor. El combate fue bien hasta que en un intercambio de patadas se puso 2-1 a favor. Ahí se me fueron las opciones”, recuerda Esparza. Al final fue plata a pesar de la grave lesión que arrastraba, pero el taekwondista no acabó demasiado contento con su resultado: “Invertí mucho tiempo para ganar el oro. La lesión no puede ser excusa porqué pude estar ahí finalmente”. Aún así, asegura que los Juegos Olímpicos “fueron una gran experiencia”.
Para la balear Brigitte Yagüe será su segunda participación en unas olimpiadas tras hacerlo en Atenas, pero sus compañeros Joel y Nico debutarán en la competición. El consejo que les da Esparza es que “sean ellos mismos y se lo tomen como algo más en su carrera”.
Esparza, a la izquierda, en el podio con rostro serio (MASTAEKWONDO)

No hay comentarios:

Publicar un comentario